Se dice que los grandes inventos de la historia nacen por casualidad, no fue más que un puñado de camarones lo que desencadenó que nuestro fundador D. Antonio Hernández Barrera se enamorara del Estero. Sin muy bien saber en lo que se estaba metiendo y sin una finalidad concreta, D. Antonio y su infinita curiosidad, empezaron a desarrollar cultivos de estero hace más de 30 años.